Desde hace 25 años, nuestro país vive una prolongada crisis de seguridad y violencia criminal desencadenada por la delincuencia común y organizada. Situación que afecta la seguridad personal y familiar de todos los mexicanos al restringir los espacios de movilidad social que tenemos en nuestras calles, colonias, comunidades, municipios y entidades; además de atentar contra la gobernabilidad del país.

En respuesta a esta situación, desde hace nueve años, como director general de la Fundación México SOS, he promovido y participado en iniciativas ciudadanas encaminadas a construir alternativas de solución a dichos fenómenos, apoyando el fortalecimiento y/o la construcción de sistemas de seguridad pública, procuración de justicia y ejecución de penas que sean eficientes y estén sustentados en criterios de transparencia y rendición de cuentas pero, por sobre todo, que buscan proteger las libertades individuales y colectivas, los derechos humanos y el Estado Democrático de Derecho.

Esto es así, porque soy un convencido de que en dichas garantías reside la posibilidad de llevar una vida social libre de violencia y criminalidad.

Por esta razón, y consciente de que la prolongada crisis de seguridad y violencia criminal que padece nuestra sociedad es resultado de las deficiencias institucionales existentes y de la aplicación de una errada política en la materia, desde México SOS decidimos dar continuidad a los esfuerzos en los que hemos participado a fin de promover, de la mano de académicos, operadores de los sistemas de justicia, seguridad y penal, así como de una pléyade de organizaciones de la sociedad civil, el rediseño de los modelos de seguridad y justicia existentes, con el propósito de enfrentar y erradicar los niveles de inseguridad, violencia, impunidad y corrupción que padece el país.

Aprovechando la experiencia y los logros cosechados a lo largo de estos años, hemos instalado 33 Mesas de Seguridad y Justicia en 15 estados de la República e integrado la Red Nacional de Mesas de Seguridad y Justicia, cuyo objetivo es: 1) resolver las problemáticas locales de seguridad y justicia mediante acciones coordinadas y eficaces entre ciudadanos y autoridades; y 2) transformar la cultura de colaboración entre sociedad y gobierno a través de la corresponsabilidad, confianza y eficacia en la solución de problemáticas de seguridad y justicia.

Asimismo, hemos integrado la Agenda México 18.24. Seguridad y Justicia, con el propósito de enfrentar el problema que nos ocupa desde una óptica integral, que ponga en práctica alternativas de solución encaminadas a enfrentar las causas y efectos perniciosos que tiene la inseguridad y violencia criminal sobre la sociedad mediante una estrategia que integra las acciones adecuadas para superar la crisis de violencia, inseguridad, corrupción e impunidad que nos aqueja y garantizar la posibilidad de contar con una vida libre de violencia y criminalidad.

Nuestra propuesta está sustentada en 6 ejes transversales que ponen en el centro de la atención: 1) la protección a la dignidad de la persona humana; 2) el valor intrínseco de la familia como eje del tejido social; 3) el respeto irrestricto a los Derechos Humanos; 4) la transparencia, rendición de cuentas y la libertad de expresión como sustento fundamental de la gobernabilidad democrática; 5) el combate frontal a la impunidad y la corrupción; y 6) la coordinación y vinculación interinstitucional en toda la cadena de seguridad, justicia y ejecución de penas.

Los propósitos antes señalados, buscan atender puntualmente las necesidades que demandan los ciudadanos en la materia, erradicar la desconfianza que existe hacia nuestras instituciones de seguridad y de procuración de justicia pero, principalmente, están encaminados a potenciar las capacidades individuales y colectivas de nuestra población, a promover la construcción de liderazgos locales capaces de conducir la acción organizada de sus comunidades para convertirlas en actores centrales de su propio desarrollo.

Para México SOS es fundamental contar con políticas públicas en la atención y cuidado de las personas y familias, a fin de que nuestro país exista una niñez sana, una juventud plena, adultos responsables, comprometidos y autónomos, dentro de una sociedad promotora de capacidades individuales y colectivas.

De una sociedad que además de integrar, proteger y apoyar el desarrollo y bienestar de sus habitantes sea capaz de sembrar la flor de la esperanzar en esos hombres y mujeres que se afanan activamente en construir el devenir al que ellos mismos pertenecen: el de un México unido, en paz y prosperidad.

Orlando Camacho Nacenta