Qué hacer en caso de secuestro

Última actualización: 28 Octubre 2014
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Existe el número de denuncia 088, puede usted denunciar desde cualquier parte del país.

¿Qué puede hacer la familia del secuestrado?

Una vez que los secuestradores a través de llamadas telefónicas o comunicados se le haga saber a la familia de la víctima las demandas económicas y las instrucciones para el pago del rescate evite usted, o la familia, llevar el caso solo.

DENUNCIE el secuestro y pida apoyo a las autoridades competentes del más alto nivel posible, ellos lo llevarán a conocer las opciones disponibles y así aumentar la probabilidad de que el evento se resuelva satisfactoriamente.

No comente el suceso con nadie, hágalo únicamente con familiares directos.

No contrate negociadores privados.

Cuando usted se encuentre secuestrado

Conserve la calma. Los secuestradores están principalmente interesados en su dinero y tratarán en la medida de lo posible, de mantenerlo con vida.

Trate de no polemizar con ellos, no importa cuán razonables puedan lucir los secuestradores superficialmente, no se puede confiar en que actúen normalmente y sus acciones puedan ser impredecibles.

Cumplir con las instrucciones de los captores lo mejor posible.

No discutir con ellos nada sobre la negociación, antes de que se lo pidan.

Tomar mentalmente nota de todos los movimientos, incluyendo el tiempo, direcciones, distancias, olores especiales y sonidos.

Cada vez que sea posible, tomar nota de las características de los captores, de sus hábitos, modo de hablar, y de los contactos que hacen, de sus gustos o disgustos, etc. Tal información puede ser de gran ayuda para las investigaciones posteriores.

Evitar hacer observaciones provocativas a los captores.

Medidas generales para prevención de un secuestro

Cualquier persona puede ser víctima del secuestro no importa su estrato social, cultural y económico.

Existen por ejemplo los llamados secuestros-exprés en donde los victimarios a cambio de sumas considerablemente pequeñas (2-3 mil pesos) se comprometen a soltar a su víctima.

Por otro lado existen los secuestros de gente con mayor solvencia económica en donde los plagiarios piden por liberar a su víctima millones de pesos.

La forma común de operar de los delincuentes es ubicar a su víctima siguiéndola y vigilándola en sus actividades cotidianas y privarla de su libertad, generalmente cuando más vulnerable se encuentra.

Pero también en un secuestro-exprés los secuestradores pueden escoger a su víctima al azar, ya sea abordando un taxi o simplemente al ir caminando por la calle.

Por lo anterior se sugieren las siguientes medidas de prevención:

No concentre su dinero en una sola cuenta bancaria y no maneje grandes cantidades de dinero en efectivo.

Elabore un plan propio emergente y con responsabilidad instruya a su familia a protegerse y guardar las precauciones debidas.

Determine objetivamente su grado de riesgo y vulnerabilidad.

Mantenga un bajo perfil, no sea ostentoso, ni haga públicos sus éxitos financieros.

Sea impredecible, evite toda rutina, cambie continuamente rutas de desplazamiento, medios de transporte, fechas y horarios de sus actividades.

Niéguese a concertar citas con desconocidos en lugares poco frecuentados o apartados.

Siempre ponga al tanto a algún asociado o miembro de su familia del lugar que visita o va a concurrir cuando deja la oficina o su casa, y de la hora que intenta regresar.

Esté siempre atento, examine al detalle su entorno; informe inmediatamente a las autoridades cualquier situación sospechosa.

Cuando salga o retorne a su domicilio, lugar de trabajo u oficina, observe que no haya personas con actitud sospechosa, cerca de su casa, de su automóvil, de su oficina o lugar de trabajo.

En especial, cuando visualice personas desconocidas, procure alejarse del lugar y, de preferencia, acuda a un lugar público con afluencia de gente, avise de inmediato a la policía y a un familiar.

Siempre mantenga un equipo de comunicación con usted.

Cuando tema que lo están siguiendo busque rutas alternativas a su destino, evite las establecidas por costumbre.

Evite sitios poco concurridos y sin vigilancia.

Del libro: El Secuestro en México, de Moisés Reyna Montalván, Flores Editor y Distribuidor, 2009