El beneficio de la duda o un voto de confianza

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En México SOS hemos sido testigos, durante los últimos años, de la eficacia e institucionalidad con que han actuado las fuerzas armadas en el combate al crimen organizado e inseguridad, en municipios y ciudades donde opera la Red Nacional de Mesas de Seguridad y Justicia (RNMSJ).



El beneficio de la duda o un voto de confianza

Por: México SOS

En el marco de la discusión parlamentaria sobre el dictamen de la reforma constitucional que crea la Guardia Nacional, se han suscitado acaloradas disputas y advertencias sobre los riesgos por venir si se aprueba la tan controvertida iniciativa del gobierno federal que, a juicio de las posturas opositoras más radicales, terminaría por militarizar la seguridad pública y “le otorgaría un cheque en blanco a las fuerzas militares” para incurrir de manera recurrente en violaciones a los derechos humanos.

En México SOS nos inclinamos por otorgar un voto de confianza, el beneficio de la duda, a la participación de las fuerzas armadas en la integración de la Guardia Nacional y su operación regulada a partir de la ley que se legisla, a fin de revertir la crisis de seguridad que nos aqueja y dotar al país de un mecanismo institucional que permita iniciar el fortalecimiento de nuestras policías estatales y municipales, mediante su capacitación y profesionalización permanentes. No soslayamos la realidad de que las fuerzas armadas tienen más de una década actuando y que este nuevo marco les permitirá mayor visibilidad, lo que aumenta la obligatoriedad de rendir cuentas y transparentar su actuación.

Con evidencias empíricas y experiencias exitosas del trabajo corresponsable de los integrantes de las fuerzas armadas con la sociedad y autoridades, buscamos el testimonio de representantes de algunas de las más de 30 Mesas de Seguridad y Justicia (MSJ) que operan actualmente dentro de la RNMSJ que coordina México SOS, para relatar cómo es trabajar y vivir en el día a día con militares:

MSJ de Apatzingán, Michoacán.

Un integrante de la MSJ de Apatzingán, Michoacán, quien pide omitir su nombre por razones de seguridad, menciona que “desde que se inició la MSJ en esta ciudad, los militares fueron de los primeros en sumarse, nos han apoyado con otras fuerzas del orden y eso se reflejó en el estado de ánimo de la sociedad; es una institución muy respetada aquí en la zona caliente de Michoacán y como decimos: ´los soldados le ponen el pecho a las balas´, el militar impone orden y eso se nota. Si ellos (los militares) no hubieran venido, tendríamos un problema serio de crimen organizado, una población con muchos problemas de drogas. En cuanto a la Guardia Nacional, puedo decir que es una medida provisional, que subsanará ciertos problemas, habrá que analizar sus facultades, pero por lo que puedo decir del Ejército es que tiene personal sumamente capaz y disciplinado; ya tocará a los Gobiernos de los Estados también hacer su tarea en materia de seguridad”.

MSJ de Ciudad Mante, Tamaulipas.

Por su parte, una integrante de la MSJ de Ciudad Mante, Tamaulipas, mencionó que están muy agradecidos con el personal del Ejército: “Sufrimos cuando ellos se retiraron, crecieron las extorsiones, el número de homicidios dolosos; la policía estatal estaba sobrepasada. En cuanto regresaron, se notó inmediatamente. En lo personal, estoy muy agradecida con el Ejército y el Secretario de la Defensa Nacional, porque son gente que abandona su familia y expone su vida por proteger la de nosotros. Sin duda, como institución, son los más capacitados, no tenemos con qué pagarles lo que han hecho por nosotros; sin ellos, nos sentiríamos abandonados”…“Respecto a lo de la Guardia Nacional, debe crearse, pero siempre y cuando exista un marco legal, porque ellos serían el primer respondiente, y así, correrían un gran riesgo. Tenemos que luchar para que la Guardia Nacional tenga un respaldo legal”.

MSJ de Torreón (Comprende la problemática de la zona de La Laguna: Torreón, Coahuila; Gómez Palacio, Durango)

Un miembro de la MSJ de Torreón expresó: “Recuerdo cuando en los años 2007, 2008, hasta 2012, las condiciones de inseguridad en esta zona [La Laguna] nos ponían como una de las más violentas del mundo. Llegamos a tener una media de 70 homicidios por cada 100 mil habitantes. Así que la intervención del Ejército fue más que puntual. Las ciudades de Torreón y Gómez Palacio depuraron a sus policías y los ciudadanos recuperaron la confianza. Las Fuerzas Armadas, por iniciativa de los sectores privado y social, se coordinaron con otras corporaciones para tener más seguridad en los límites de Coahuila y Durango y, de hecho, el comandante militar de esta zona lo nombra cada año el Secretario de la Defensa Nacional”.

“Sus elementos son altamente confiables y están capacitados para las funciones que demanda la seguridad pública. De la Guardia Nacional habría que evaluar si ésta va a ser permanente, hay que tomar cuenta también el respeto a la soberanía de los estados y municipios del país”.

Como se advierte, las experiencias vividas por la población de zonas que han padecido índices de alta delictividad y violencia, y que han tenido la oportunidad de interactuar y trabajar directamente con las fuerzas federales, dan cuenta de una realidad muy distinta a la considerada por otras personas y colectivos que se oponen a la creación de la Guardia Nacional.

Desde luego, en México SOS no extendemos un cheque en blanco para su aprobación y puesta en marcha, pues somos conscientes de que se deberá recorrer todavía un largo camino para que dicha institución sea aceptada socialmente y alcance los resultados que en materia de seguridad demandamos todos los mexicanos; resaltamos el forzoso y paralelo empeño, estatal y municipal, por profesionalizar y dignificar a sus instituciones policiales. No obstante, confiamos en que el rediseño institucional propuesto bajo esta iniciativa y en apego al Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024, plantee alternativas viables que ofrezcan un mejor derrotero para construir un México de paz y justicia para las presentes y futuras generaciones.

Publicado en Animal Político, 21 de febrero de 2019



     
   
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