Si Chihuahua pudo, ¡por qué no todo México?

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  Si Chihuahua pudo, ¡por qué no todo México?  
     



Nombrado como director general del sistema penitenciario de Chihuahua en 2010, el antes empresario de seguridad privada logró, en sólo 3 años cerrar los penales municipales, poner fin a los autogobiernos de los penales estatales y que éstos fueran certificados, con criterios internacionales, por la Asociación de Correcionales Americanas (ACA por sus siglas en inglés).

Estas medidas han impactado en la reducción de la violencia al interior de los penales y autogobiernos que existían; si se que considera que en 2010 se registraron 12 motines y 189 riñas con un total de 216 muertes violentas. En tanto que para 2013, sólo ocurrieron tres riñas y en 2014 sólo se registró una con una persona fallecida, con lo cual se avala su eficacia y buena dirección.




En la actualidad, el sistema penitenciario del estado ya no tiene autogobiernos ni cogobiernos y ocho de sus prisiones estatales están certificadas por ACA.

Con políticas que ya habían surtido efecto en El Hongo, en Baja California, Chihuahua diseñó e implementó un estricto reglamento carcelario y posteriormente se legisló para regular la vida interna en los centros penitenciarios; lo que permitió que se crearan centros exclusivos para la población penitenciaria femenina, donde la visita a internos fuera de familiares directos y cónyuge; todos los reos visten uniforme y tienen corte de pelo a rape; existe una división de internos de acuerdo a su peligrosidad, grado de criminalidad y nivel de avance en el proceso penal que se les sigue, mediante exclusas que dividen a los corredores y distintas áreas de clasificación en que se dividen las cárceles.

El sistema opera actualmente en 8 penales estatales de Chihuahua, aplicando la normatividad de forma estricta, logrando bajar el índice de asesinatos en prisión de 216 en 2010 a uno en 2014.

Con la intención de evitar los vínculos entre los reclusos y bajo este esquema de seguridad, el 7 de septiembre del año en curso, fueron movilizados un total de 589 internos en 8 procesos en los diversos centros penitenciarios del Estado. De acuerdo con Guerrero Durán, estos operativos buscan desenlazar vínculos entre los reos y ayudar a salvaguardar la vida de los internos.

Ahora los penales de Chihuahua cuentan con: quirófano, hospital, laboratorio para exámenes médicos; tienen personal especializado y escuelas para formar a los prisioneros y que a través de estas medidas puedan reinsertarse de forma más sencilla a la sociedad. Asimismo, estos centros cuentan con cocinas y panaderías propias, manejadas por los mismos reclusos, así como talleres donde los internos maquilan mueblería, juguetes y hasta nueces peladas para su venta al exterior.

Dando cuenta con ello de que bajo medidas y protocolos estrictamente aplicados, es posible lograr la transformación de un sistema penitenciario que tuvo bajo sus responsabilidad la administración de la cárceles más peligrosa de América Latina: la del penal municipal de Ciudad Juárez.



@MexicoSOS



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